VIDA UNIVERSITARIA
El compromiso social
universitario puede ser entendido desde vertientes que lo ubican como respuesta
a necesidades de ciertos sectores específicos y que lo alejan de los segmentos
sociales propiamente dichos. La misión de las universidades debe reorientarse
desde la dinámica de su vida interna y no desde el servicio social profesional,
las prácticas profesionales o la extensión universitaria. La necesaria
definición de la vida universitaria en específico se convierte en una demanda
categórica para que la universidad se inserte en el entorno de la comunidad y
deje de ser un reducto acotado por conceptos abstractos, de conocimientos poco
comprometidos, materializados en paredes y rejas limítrofes de los campus.
Palabras clave
Las tendencias de mejora continua, certificación, acreditación,
procesos de rendición de cuentas y otros subprocesos han invadido a las
universidades en forma de evaluación, que implícitamente contienen proyectos de
lo que debería ser la universidad, es decir, se priorizan y trazan estructuras
que sirven para la asignación de recursos y con ello se le “redibuja”. La
pregunta es ¿hacia qué modelos se le encamina?
Estas nuevas configuraciones no se dan en abstracto, se vinculan directamente con las necesidades del Estado, entendiendo Estado como las líneas de gobierno que representan o responden a grupos de poder dentro de las sociedades, tanto en lo nacional como en lo internacional. Las formas resultantes son producto de negociaciones entre las distintas esferas al interior de las universidades y los sectores sociales que signan la vida universitaria.
Estas nuevas configuraciones no se dan en abstracto, se vinculan directamente con las necesidades del Estado, entendiendo Estado como las líneas de gobierno que representan o responden a grupos de poder dentro de las sociedades, tanto en lo nacional como en lo internacional. Las formas resultantes son producto de negociaciones entre las distintas esferas al interior de las universidades y los sectores sociales que signan la vida universitaria.
Desde
esta perspectiva, definir el tipo de Estado que tiene un pueblo permitirá tener
elementos iniciales de análisis para la conceptualización de las universidades
que existen dentro de él; otros elementos emanan de las misiones
institucionales, decretos, dueños –en caso de universidades privadas– y sus
respectivas orientaciones ideológicas. Este es el primer paso para detectar
cuál es el compromiso social que tienen las universidades.
El
segundo paso radica en el concepto de universidad, pero no de la universidad en
general, sino de la universidad en concreto, la universidad que cada uno
construye: profesores, rectores, estudiantes, empleadores y sectores, la
universidad en específico, para ello se tendría una pregunta: las visiones que
existen de universidad entre académicos, estudiantes y sociedad ¿son las
mismas?
Se
recomienda hablar de la universidad en específico por encima de lo general,
porque, de otra forma, se tiene entre las manos un trozo de realidad conformado
por un crisol de visiones que matizan, orientan y reconfiguran cuestiones
estructurales, fines, actuares e incluso presupuestos, es decir, hablar de la
universidad es hablar de universidades, es englobar especificidades que se
diversifican, en este caso en los marcos del actuar social.